Somos tan parecidos, el hombre envejeció una sola vez
Tengo la dicha de poder decirlo, pero, aquel que hoy llora
no la tiene
y ese que llora hoy me trae desdicha pues nada puedo hacer
Es cierto, perdoname, yo nada puedo hacer
Aunque pueda decirlo, aunque lo sienta, aunque vos creas que
yo
aporto mi grano de arena.
Pero la arena, ese
granito pequeño,
ese minúsculo pedacito de piedra no me pertenece.
Yo no sé lo que es mío, no tengo conciencia real de hasta
donde
llega mi inventario.
La historia se repite, da vueltas, no renace
El hombre envejeció una sola vez
El eterno retorno nietzscheriano no contempla esa parte
De nada aprenderemos humanos, de nada aprenderemos
Los malos son muy malos, los buenos ahí dejando que los
malos
esparzan sus bélicas siniestras maniobras de poder
en esta tierra pobre de templanza.
Un siglo más de errores, no importa donde arranque el
calendario.