martes, 6 de marzo de 2018

Todos los 6 de marzo cumplía años mi abuela Rosa, también García Márquez, pero eso no lo supe hasta hoy, es que esos días estaba ocupada en los cumpleaños de mi abuela.
Ahora ya no cumplen más… Bueno, cumplen en el recuerdo de alguien vivo, pero cumplir lo que es cumplir…
Yo creo que los muertos festejan los cumpleaños el día de su muerte, pero eso los vivos no lo sabemos, es cosa mía.
Me imagino que para ellos el día de su cumpleaños en la tierra es como para nosotros el día que fuimos concebidos, esa fecha no se la acuerda nadie, y hasta que uno no nace, está ahí en suspenso, lo mismo que la muerte…
La única esperanza que tenemos los vivos con los muertos es volver a verlos el día que nos morimos, y de paso con eso nos aseguramos de que la muerte sea un lugar feliz.
Recuerdo las historias como las contaba la abuela, y es que yo no sé si eran así, o eran “su historia” sumada a sus recuerdo, y yo que sé si así me las contaba?, o son mis recuerdos sumados a sus historias.
Yo me pregunto si en el mundo de los muertos se encontró con su hermano que se fue volando con el viento, de lo que estoy segura es que está con el abuelo, porque hasta donde sé, él la vino a buscar, y espero que se haya llevado a las nenitas que jugaban arriba de la mesa cuando yo no veía.
La abuela también hablaba con los perros pero yo nunca pude entender que era lo que se decían, es que el idioma de los perros no es materia corriente en las escuelas de los humanos.
Por eso acá estoy hoy, con un cumpleaños menos, generando recuerdos, porque como dijo Gabriel, “La vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla”.

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