miércoles, 8 de abril de 2015

LA RECIPROCIDAD

Extenderé mi mano, solo hasta cierto punto
Extenderé mi mano sabiendo quien la toma
Consciente de serpientes y de bichos bolitas
Consciente de sonrisas y almas agradecidas.
Extenderé mi mano a la decencia,
a los niños, todos, tan solo por ser niños.
A la inocencia plena, a la mirada amiga.
Al arrullo de aliento, a la voz pura.
Abriré mis oídos a la canción etérea,
al pedido sincero, a la cordura.
A la locura triste pondré a disposición
mi saludo, y mis brazos, y mi eterna nostalgia.
A los pasos desnudos ofreceré una  alfombra.
A la caricia exacta mi espalda, y viceversa.
y sentiré el inmenso placer de estar atenta
porque no estoy en contra de recibir a cambio
al contrario, por cierto, de lo que todos piensan.

Y entonces me da fuerzas para extender mi mano. 



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